Bjork en México fue definitivamente lo mejor que pasó en agosto y la experiencia de Cornucopia fue lo máximo.

Curiosamente yo en la víspera de su concierto estaba clavadísimo con el reggaeton.

Todo el día escuchaba a Bad Bunny y J Balvin precisamente y tenía en repeat infinito «Mía», la canción que el primero grabó con Drake.

Pero después de Curnucopia todo cambió drásticamente.

Bjork es de mis artistas favoritos desde hace mucho tiempo.

Debo reconocer que  nunca fui fan de ella en su apogeo allá por los 90, sino hasta el 2008.

En ese entonces ella publicó el Volta y yo salía con alguien que era muy su fan.

Me la pasaba escuchando All is Full of Love y Paghan Poetry, mis canciones favoritas hasta la fecha.

Un año antes, fue la primera vez de Bjork en México.

No la fui a ver porque – no era fan LOL- fue en Guadalajara y hasta donde sé el concierto fue literal todo un show.

Después en el 2012 ocurrió lo de Bjork en Cumbre Tajín y por lo que he leído fue estrambótico.

Pero tanto en Guadalajara como en Veracruz, los conciertos fueron lo máximo me contaron amigos.

Un concierto más de Bjork en México fue en el auditorio Nacional y hace dos años en el Festival Ceremonia.

En 2013 me dio un segundo aire de fanatismo Björkiano y no dejaba de escuchar Aurora y versiones en vivo de sus canciones.

Algo cool es que Bjork ha aprovechado sus visitas a nuestro país para pasearse.

El concierto de Bjork en México para promover su Experiencia en Vivo Curnocopia fue una maravilla.

Cómo saben la cantante islandesa ofreció 5 conciertos en el Parque Bicentenario.

Sí, ya sé: ¿hay un auditorio o algo en ese parque de Azcapotzalco?

Pues parece que lo montaron para ella y quedó genial.

De hecho me pareció un lugar muy bonito y super organizado. Un acierto el concierto de Bjork en el Parque Bicentenario.

Algo que causó sorpresa fueron los costos de los conciertos.

Para estar en la zona de hasta abajo y verla muy cerca fue necesario pagar 10 mil pesos.

Yo descarté completamente comprar esas localidades, así que cuando me enteré que habían organizado un 5to concierto con precios más accesibles me super apliqué.

Compré la entrada general en pista y a pie por 1,600 pesos.

Prácticamente 84% de descuento vs el precio original.

Obvio como no fueron lugares numerados me fui a formar el día del concierto como 4 horas antes jajaja.

Pero valió la pena: nos tocó justo hasta el frente y vi a Bjork a menos de 5 metros.

Antes de que saliera ella, un coro mexicano salió y cantó un par de vocalizaciones.

Ah, una especie de cortina con hilos blancos pero que se veían azules por la iluminación cubrían el escenario.

Al mismo tiempo, se escuchaban ruidos o cantos de animales silvestres, para ser precisos aves.

Después se apagaron las luces, se escucharon los primeros acordes de The Gate y salió Bjork.

Su figura apenas y se apreciaba entre los hilos pero todos gritamos.

Efectos digitales se reflejaban en la cortina de hilos. A mí me recordaban imágenes de galaxias.

Muy onírico, lúdico y maravilloso todo.

Para la segunda canción, se removió la cortina de hilos y Bjork se acercó al escenario.

Todos enloquecieron, pero nadie perdió el control ni se puso excesivo.

Fue muy tranquila la emoción y bueno, estábamos mesurados porque la gente que evitaba tomar fotos estaba en un modo acosador increíble hahaha.

Por cierto, se supone que está prohibido tomar fotos porque la islandesa quiere que «vivamos la experiencia».

Además, anuncian que las imágenes estarán disponibles en la página web.

Por supuesto ella vistió atuendos llamativos y bastante lúdicos.

También la acompañaron otros músicos, aunque el percusionista que asombró a todos tocando en un instrumento que implicaba agua, destacó bastante.

Una de mis partes favoritas fue cuando Björk se metió a una especie de mini cámara que daba un toque especial a su voz.

Mientras estaba ella dentro, sus flautistas estaban en el escenario moviendo en círculos una especie de mangueras que en la punta tenían un elemento luminoso.

Me recordó inmediatamente a esos peces abisales que generan bioluminiscencia.

Por supuesto Björk interactuó con el público asistente pero de manera modesta.

En verdad se veía súper feliz por hacer lo que estaba haciendo: contenta, plena, energética.

Y entre algunas canciones se dirigía al público para decir en un sonoro y firme «grrrracias México».

Algo curioso es que la cantante hace un movimiento extraño con los labios y la lengua.

Parecía un tic que en algún momento ya me pareció desesperante, pero supongo era para cantar mejor.

También aprovechaba para tomar agua de vez en cuando.

Después del concierto, solo he escuchado a Björk, -por supuesto el albúm Utopia- pero también la música europea que solía escuchar antes.

Se trata de grupos o actos europeos enfocados en música electrónica pero muy cool.

Röyksopp principalmente, que al igual que Björk son del norte de Europa -por decir algo- pues son de Noruega.

Dejé de escuchar al reggateon y pues nada, quiero volver a ver a Björk en concierto.

¡Vayan cuando regrese!

Y aquí la prueba de que salí muy animado y contento del concierto: