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Hoy sábado 15 de enero de 2021 cumplo 4 días de haber sido diagnosticado con Covid-19, y ya que estoy mejor, es tiempo de contarles esos síntomas de Covid-19 que me hicieron sospechar que esta ocasión estaba contagiado.

Ha sido una experiencia muy extraña, y sí triste; no hablo por mí, si no por toda la gente que no tuvo acceso a las vacunas y a recuperarse.

Me resulta muy fuerte pensar en ellas y es algo que continuamente he hecho estos días; deseo de corazón que estén muy felices en esa transición que se vieron obligados a realizar.

Signos Covid-19 en garganta

Pero bueno, yo sentí un síntoma que nunca había tenido en mi vida, ese fue el primer signo de alerta, que algo era diferente.

El martes 11 de enero alrededor de las 4:00 pm sentí, no un cosquilleo, quizá una leve «caricia» en mi garganta, como si la frotaran suavemente con «pelo de ángel».

Ese «pelo de ángel» que aún venden en mercerías y que se compone de delgados hilos, por decirlo de alguna manera.

Como si una capa fina de tela la sobara delicadamente por dentro; pero me llamó la atención que nunca pasó más allá de eso.

Incluso le dije a mi sobrina «creo que ya valió, siento rara la garganta».

Pero con raro, me refería a esa tenue sensación que de pronto aparecía.

Mi sospecha de que esta vez era algo diferente, se acrecentó porque el dolor de garganta nunca llegó.

Generalmente cuando empiezo a sentir inflamada la garganta, tipo 10:00 am, a las 14:00 ya me duele y a las 18:00 ya la tengo inflamada, con ardor e insoportable.

Y por supuesto el diagnóstico es infección en la garganta o faringitis.

Pero esta vez no, nada de eso, la garganta como si se estuviera adaptando o reconociendo esa «presencia» extraña y delicada.

Antes de dormir y por sugerencia de mi mamá tomé un paracetamol.

Síntomas Covid-19: sin rastro de esa sensación

Al día siguiente, miércoles 12 de enero me desperté sin dolor de garganta, lo cual me dio mucho gusto, pero otra vez me sentí extrañado.

¿Dónde está el dolor? ¿Por qué no me arde ni me duele? Y sobre todo: ¿por qué si no hay dolor ni ardor me siento tan caliente?

En mi vida adulta, literalmente después de los 18 años, recuerdo a lo mucho 2 ocasiones que me se me haya elevado la temperatura.

Es rarísimo que tenga fiebre, ahí noté también que mi cuerpo estaba enfrentándose a algo diferente en su vida.

Y era la manera en que me decía o me advertía que debía hacerme una prueba pues esto «no era normal».

También ya me sentía con el cuerpo no cortado pero sí diferente, como un estado de alerta y ansiedad muy particular.

Como si ya mi inconsciente supiera que efectivamente era Covid-19 y únicamente la parte consciente estaba a la espera de confirmarlo.

Tuve un status de trabajo ya con la voz ronca, pero sin rastro de la garganta afectada.

Fui a casa de mamá y le dije «no te acerques, creo que tengo fiebre y pienso que es Covid», mi tía se acercó a ponerme su mano en la frente y me dijo que sí, que estaba tibio.

Pruebas agotadas para Covid-19

Antes de salir a casa de mamá, me puse a investigar dónde se hacían las pruebas de Covid-19, y ya todos los laboratorios saturados.

Las pruebas de Salud Digna, eran con cita y aunque aparecían disponibles al momento de pagar decía que ya no había cita.

Las pruebas para Covid 19 de El Chopo me parecieron carísimas (más de 1,500 pesos) y nunca me quedó claro que si eran antígeno o PCR además de que te daban el resultado 24 horas después.

Otra opción conocida en Aragón son los análisis clínicos del Laboratorio MARS pero ni siquiera contestaron al teléfono.

Pensaba hacer ronda por otros laboratorios de la zona pero mi tía me sugirió ir a Farmacias Similares, cuya experiencia merece una entrada totalmente a parte y pueden conocerla aquí: Prueba Covid-19 Farmacias Similares: una experiencia surrealista.

Me la fui a hacer, prueba rápida antígenos, y en el lapso de espera para recibir los resultados fui a consulta con una doctora de aquí cerca.

(Nota: la médico particular con la que generalmente me atiendo no ha dado consultas públicas desde marzo 2020 por temor a contagiarse).

Ella me corroboró que tenía más de 38 grados de fiebre y que por todos los síntomas era probable que fuera Covid-19, la tan contagiosa variante Omicrón.

Y así fue: a las 3:30 recibí mi prueba positiva.

Lloré un poco la verdad, aún confiaba que solo era un resfriado y o infección en la garganta, pero ya tenía sospechas de que no era así.

Tratamiento Covid-19 y sorpresas

«¿Antibiótico doctora? No se supone que al ser viral no es necesario el antibiótico? ¿Qué el tratamiento solo debe ser para los síntomas?» pregunté extrañado cuando vi mi receta.

Pero la médico me explicó que me mandaba 3 inyecciones de Ceftriaxona para prevenir cualquier otra infección.

La verdad confié en ella y en verdad al tercer día ya estaba mucho mejor (OBVIAMENTE NO SE AUTOMEDIQUEN Y MI TESTIMONIO ES PERSONAL VAYAN CON MÉDICOS SI SE SIENTEN MAIL).

También me recetó Ibuprofeno de 600 mg cada 8 horas, así como una dosis de vitamina C cada 24 horas.

Esa fue la mayor sorpresa: la vitamina C, tomada en pastilla efervescente me alivió y reanimó muchísimo.

La doctora no me la había mandado hasta después de que le confirmé que mi prueba salió positiva.

Pero en verdad es sorprendente el efecto que tiene esa vitamina, para combatir los efectos del Covid-19.

Dolor interno de espalda por Covid-19

El jueves 13 de enero, en el 1er día ya del aislamiento y en el 2do de confirmar mi contagio de Covid-19 desperté con un nuevo síntoma.

Ya no tenía el cuerpo cortado ni ese estado de alerta, de algún modo ya había digerido la situación.

Pero cuando me levanté de la cama, noté que me dolía la espalda media, pero como por dentro.

Pensé que eran los pulmones, pero dicen que los órganos no duelen.

Me incliné a recoger algo y noté que ese dolor se acrecentaba sí lo hacía; no de dejarme tumbado del dolor pero sí bastante molesto.

Es similar al de las personas que padecen sinusitis -yo lo he padecido- que cuando te inclinas, te duele horrible la frente.

Lo mismo pero en la parte media de la espalda.

Conformé pasó el día se me quitó el dolor.

La voz ronca persistió.

Síntomas Covid-19: uno diferente cada día

En el 3er día de Covid-19 diagnosticado, es decir, viernes 14 de enero, surgió un síntoma diferente: un poco de flemas y tos.

Muy ligero todo, pero aún así sorprendente: ¿por qué no todos juntos como en una gripe normal? ¿Por qué todo por separado?

La sensación de la garganta el «día 0», la fiebre para el primer día del diagnóstico, el dolor de espalda en el 2do día, y ahora este nuevo en el 3er día.

¿Fueron los anticuerpos de mis dosis de vacunas Sputnik V que recibí? No lo sé, pero me alegré de que fueran así todos por separado.

Alteración del sentido del gusto por Covid-19

En el 4to día del diagnostico, empecé a notar que mi sentido del gusto no era igual.

Probé un pan de dulce que no me gustó jaja, se que pueden reír porque amo el Pan de La Ideal sucursal Aragón, por ejemplo, pero esta vez fue así como de «no sabe igual».

Un día antes comí un poco de pollo rostizado y le comenté a mi mamá que me había sabido muy salado.

No le di importancia, pensé que había sido la preparación.

Pero más tarde pedí a mi sobrina que me llevara unas frituras y confirmé que mi sentido del gusto estaba alterado.

Me saben feas, como si lo salado se exacerbara e impidiera que tuvieran un buen sabor.

Comí un poco de caldo de verduras y aunque me gustó, definitivamente también me supo diferente a como lo recuerdo.

Y así vamos hasta ahora con esto delos síntomas de Covid-19 2022 que en mi caso han surgido de manera particular.

Si hay algo nuevo que contar lo iré añadiendo aquí.

¡Los quiero! Especialmente a mi familia y a mi sobrina quien me ha traído suministros.

#cuidarlasalud