Restaurante Legazpi en Manzanillo: una deliciosa velada
El Restaurante Legazpi es un restaurante de Manzanillo con vista al mar que amé por su deliciosa comida y atmósfera especial.
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El Restaurante Legazpi es un restaurante de Manzanillo con vista al mar que amé por su deliciosa comida y atmósfera especial.
El Restaurante Legazpi es un restaurante de Manzanillo con vista al mar que amé por su deliciosa comida y atmósfera especial.
Se encuentra en el hotel Las Hadas by Brisas, el hotel más bonito de Manzanillo y que visité en mis más recientes vacaciones con mi mamá.
(Por cierto, si viajan a este destino, recuerden visitar el Pez Vela de Manzanillo, imponente pero encantador)
Es abierto al público en general y por supuesto a los huéspedes, al igual que el hotel, su arquitectura es casi blanca en su totalidad.
Al estar hospedados en plan todo incluido, mi mamá y yo tuvimos acceso a una cena sin costo extra en este lugar.
De hecho, por cada tres noches que te hospedes en este hotel de Manzanillo, en plan todo incluido, tienes acceso a dos cenas en sus restaurantes de especialidades.
Es necesario reservar, lo cual se hace generalmente a las 11:30 am en el área de concierge.
Les recomiendo ir a formarse desde las 11:20 am pues se agotan los espacios rápidamente.
Al llegar al Restaurante Legazpi en Manzanillo, te sirven agua y ofrecen bebidas; yo pedí un vino blanco que era Santo Tomás, me gustó muchísimo.
Su sabor me pareció suave y al mismo tiempo refrescante, perfecto para iniciar la velada.
El menú del Restaurante Legazpi, incluye entradas, platos fueres como cortes, pescados, pastas, así como postres.
De entrada mi mamá pidió una Ensalada César ($180 pesos) que nos encantó su presentación: las hojas de lechugas atadas con tiras de pepino.
Llevaba dos porciones de pan tipo crutón pero más grande y el queso parmesano que la acompañaba estaba bastante bueno.
Mi mamá me dijo que le gustó y ya sabemos que su opinión es confiable jajaja.
En este restaurante con vista al mar en Manzanillo, pedí una Ensalada Griega ($180 pesos )que me sorprendió por lo colorida que era.
Estaba hecha con jitomate, aceitunas, pimiento amarillo, cebolla, queso de cabra, hojas de lechuga y marinada con aceite de oliva.
La amé: de sabor firme y fuerte, pero riquísima.
Por cierto, antes de ordenar te sirven un bocadillo cortesía del chef en nuestro caso fue un champiñón relleno de verdura, con un pedacito de jitomate.
Estaba servido sobre un poco de aceite de oliva; nos gustó bastante.
También te sirven pan para acompañar tus platillos que llevan en una encantadora canasta.
Mi mamá pidió ciapatta y yo pedí focaccia; ambos estaban frescos y de buen sabor.
Vamos ahora sí con los platos fuertes: mi mamá eligió un filete de res gratinado con queso camembert a las finas hierbas ($350 pesos).
El queso camembert generalmente se hace con leche de vaca y es originario de Normandia, Francia, por lo que investigué.
Este filete lo sirvieron con papas cocidas así como zanahoria, calabaza, y brócoli.
Pueden ver que la porción de queso destacaba en el platillo, el cual tenía una presentación formidable también.
Mi mamá quedó bastante satisfecha, y dijo que «le gustó mucho».
Yo como buen pasta lover, elegí Pasta Linguini con Camarones Asados ($295 pesos).
Desde que la llevaron la amé por su presentación y me resultó de lo más apetitosa.
La crema era de queso parmesano con un poco de cilantro y estaba deliciosa.
Los camarones suaves y cocidos en el punto idóneo, una combinación ganadora.
Para este momento yo estaba muy contento con mi pasta y mi vino; excelente servicio.
Nuestra cena en el Restaurante Legazpi de Manzanillo, incluyó por supuesto postres.
Mi mamá optó por una Creme Brulee ($99 pesos) que como suele ser, estaba preparada con vainilla.
También tenía almendras y estaba servida con una fresa encima.
Por supuesto y sobre todo por el azúcar quemada encima, es un postre muy dulce pero a mí mamá le gustó.
Yo elegí un Mousse de Chocolate Amargo al Whisky ($99 pesos) que, uff estuvo delicioso.
La porción puede parecer pequeña pero es perfecta para no consumir tanta azúcar, especialmente de noche.
Lo sirven con un par de frutos rojos y una cama de chocolate a un costado; me encantó la presentación.
Y como yo seguía bebiendo vino blanco, me supo más que delicioso.
Y pues así la experiencia foodie en el Restaurante Legazpi de Las Hadas by Brisas.
Definitivamente me encantaría regresar para disfrutar la comida y el paisaje otra vez.
Me parece un lugar perfecto para disfrutar en familia, con amigos o pareja.
Algo importante: es un restaurante formal así que vayan con pantalón de vestir hombres y mujeres con algún vestido.
No se puede entrar con shorts, ni sandalías, ni playeras sin mangas.
Quizás suena exagerado, pero así se mantiene el estilo formal y nice del lugar.
¡Muchas gracias por leer! Ya saben: coman mucho, viajen mucho y sobre todo: amen mucho.
Nos vemos pronto en este blog de viajes que tango quiero.
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